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El suicidio o el intento de suicidio, es un problema que afecta a muchas familias en el mundo entero. Es un tema delicado ya que toca las fibras de quienes han estado cerca de situaciones de suicidio en su familia o entorno cercano. Pero no podemos dejar de abordarlo y más aún cuando a nivel mundial los organismos internacionales tenían como meta en este año 2020 disminuir su tasa a nivel mundial a un 10% pero lamentablemente no se ha logrado. De hecho, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y 29 años.
¿Qué puede llevar a una persona a suicidarse? Aspectos asociados a factores mentales, emocionales, culturales, genéticos y biológicos, y lamentablemente la tendencia en nuestra sociedad es no pedir ayuda y/o minimizar la solicitud de ésta, pensando que es una simple manipulación.
A continuación te comentamos diferentes razones que pueden llevar a una persona a querer atentar contra su vida:
Factores de riesgo más comunes en los adultos
1. Cuadro de depresión profunda y ansiedad: Cuando una persona entra en un cuadro de depresión tiende a aislarse, lo recomendable es que se le atienda a tiempo, porque pueden agravarse los síntomas y entrar en un cuadro de depresión clínica cuyos síntomas más fuertes son los pensamientos e ideas de muerte y si sigue sin atenderse se acentuarán los síntomas generando las ideas e intentos suicidas.
2. Padecer algún trastorno psiquiátrico no diagnosticado: Trastorno de estrés postraumático, trastorno bipolar, esquizofrenia o algún otro trastorno que no esté ni diagnosticado, ni tratado.
3. Traumas psicológicos o abuso: Los traumas psicológicos y el abuso aumentan el estrés emocional y pueden desencadenar en depresión y comportamientos suicidas en las personas vulnerables. Incluimos aquí cuando se ha experimentado maltrato físico, psicológico o abandono en la infancia.
4. Aislamiento y profunda soledad:
Es cuando la persona se desvincula de su círculo social más cercano, se aísla no solo físicamente sino emocionalmente, sintiendo una profunda soledad o vacío. Este grupo cercano incluye: padres u otros familiares, amigos y otras personas importantes para él.
5. Fuertes conflictos familiares o muerte de un ser amado: Las controversias conyugales que terminan en rupturas o divorcio, también la muerte abrupta de un ser querido (especialmente hijos o pareja), pueden causar mucha aflicción y estrés psicológico que se asocian con un mayor riesgo de suicidio. Incluimos en este rubro episodios de violencia doméstica infligida por la pareja.
6. Severos problemas financieros, deudas y/o pérdida del empleo: Los graves problemas económicos, la pérdida de trabajo, la incertidumbre financiera, además de no ver la solución puede ser un factor de riesgo.
Aclaratoria: Es importante destacar que NO todos los que padecen algunas de las situaciones arriba descritas, van a tener un comportamiento suicida. Pero a quién le afecta más de uno de los factores antes descrito, lo hace más vulnerable a este flagelo.
Mito y realidad sobre el suicidio
Mito: Quienes hablan de suicidio realmente no lo van hacer, es pura manipulación.
Realidad: Detrás de estas palabras es probable que está pidiendo apoyo, puede tener un cuadro de depresión ansiosa o sentirse en un túnel sin salida.
Mito: Los suicidios ocurren sin previo aviso, de manera abrupta.
Realidad: Muchas personas que terminan suicidándose, ya habían manifestado de algún modo su intención de hacerlo, lo hacen evidente en palabra o acción.
Mito: El suicida está decidido a morir.
Realidad: por lo general la persona prefiere seguir viviendo, aunque tienda a actuar impulsivamente al querer atentar contra su vida.
Mito: No es bueno hablar del suicidio, podría impulsar a alguien a querer hacerlo.
Realidad: La mayoría de las personas que están pensando suicidarse, no saben con quién hablar. Hablar del tema con tacto, brinda la oportunidad a la otra persona a que abra su corazón y converse sobre lo que le está ocurriendo y así se le puede dar la ayuda que necesita.
Factores de protección para prevenir el suicidio
Hay factores que protegen a las personas contra el riesgo de suicidio y que incrementan la capacidad de recuperación y conexión, algunos de estos aspectos son:
1. Amistades verdaderas: Fortalece y cultiva la amistad verdadera, personas en las que puedas confiar, a quien le puedas contar los asuntos que te afecten y sentirte escuchado, comprendido, amado y apoyado. Aquí se incluyen: la pareja, hijos, otros miembros de la familia, amigos.
2. Creencias religiosas y espiritualidad fuerte: Fortalece el valor de la vida y su protección, La fe, estimula la vinculación con personas que profesan tu misma creencia religiosa donde se fomenta el compartir como compañeros, el apoyo en caso de necesidad y la comunicación, son factores de gran ayuda en la prevención del suicidio.
3. Tener un buen nivel de autoestima y ser resiliente: Desarrolla la autoestima y la capacidad de superar y trascender las dificultades (Resiliencia), conoce y maneja las estrategias para manejar el estrés, la ansiedad y las situaciones adversas, ten la madurez para buscar ayuda si la necesitas, son piezas fundamentales para la prevención de este flagelo.
4. Tener una vida saludable: Eso implica que practiques ejercicios físicos o algún deporte con asiduidad. También que tengas una alimentación saludable que incluya el consumo de vegetales, verduras, proteínas y frutas y evita el consumo de comidas chatarras. Así mismo, es importante que duermas la cantidad de horas suficiente para tener un sueño reparador, evita consumir cualquier sustancia que atente contra tu cuerpo y sé equilibrado en el consumo de alcohol.
Recomendaciones para las personas que tienen un familiar y amigo con ideas suicidas:
1. Persuade a tu amigo o familiar a que busque ayuda profesional urgente
Si conoces a alguna persona que te ha comentado que quiere dormir y no despertar más, o que quiere desaparecer, en el fondo quizás esté pensando en querer morirse y si los síntomas se agudizan puede pasar de ideas a intentos suicidas.
Quizás esa persona no quiera recibir ayuda profesional, te recomiendo que trates de convencerlo con tacto a que necesita la ayuda. Mientras más rápido sea es menor el riesgo.
2. Escucha a la persona
Presta atención a sus comentarios, te recomendamos que generes un clima de confianza para que la persona se sienta cómoda para hablar de sus temores, inquietudes o sentimientos. Quizá le parezca que se ahoga en un vaso de agua, pero recuerda que para esa persona eso que está viviendo es importante y seguramente necesita ser escuchada y comprendida.
3. No lo dejes solo
Especialmente mientras te asegures que ha dejado de pensar en quitarse la vida. Pase tiempo con esa persona, tengan conversaciones edificantes e interésate genuinamente por ella.
4. Oculta de manera discreta los objetos con los que pudiera hacerse daño
Cinturones, cuchillos, cuerdas, medicamentos, insecticidas, etc.
5. Vigila que la persona tome sus medicamentos
Si la persona ya está medicada, haz todo lo posible para que se las tome a su hora, no la dejes a la vista, ni se las confíes a la persona.
6. Cuida el sueño
Asegúrate de que coma y descanse lo suficiente, de ese modo estará más animado.
7. Sé paciente
Es posible que la situación que ha llevado a esa persona a pensar en el suicidio, no sea algo que se pueda cambiar fácilmente, muchas veces la persona se encuentra deprimida y quizás le tome algo de tiempo mejorar, así que no te desesperes y no pierdas la esperanza en que las cosas puedan cambiar.
Recomendaciones para las personas que tienen pensamiento suicidas
1. Busca ayuda de un especialista en salud mental inmediatamente
No dejes de buscar ayuda. Hablar con un especialista te permitirá evaluar la situación y encontrar las herramientas para hacerle frente al problema. Quizá algún familiar, amigo o persona conocida puede ayudarte escuchando sus inquietudes.
2. Duerme bien
Está comprobado que dormir de 7 a 8 horas diarias ayuda a que el cuerpo y la mente se reparen, si te haces una rutina de sueño y la respetas, poco a poco eso ayudará a que te recuperes y te sientas más animado.
3. Siempre hay personas que se preocupan por ti
No debes pensar que no hay nadie que se interese por tu situación, pues es un pensamiento que, lejos de ayudarte, te hará cerrarte aún más y te llevará a postergar el pedido de ayuda que tanto necesitas.
Hablar de los sentimientos suicidas puede ser difícil, y es posible que tus amigos y familiares no comprendan completamente por qué te sientes de ese modo.
Procura conectarte con ellos de todas formas, y asegúrate de que las personas que se preocupan por ti sepan lo que está sucediendo y estén a tu lado cuando las necesites.
También es recomendable que busques ayuda en tu comunidad religiosa, en grupos de apoyo o en otros recursos disponibles en tu comunidad. Sentirte conectado ayuda a reducir el riesgo de suicidio.
4. Recuerda que los sentimientos suicidas se pueden superar
Si te sientes desesperanzado o sientes que seguir viviendo no vale la pena, recuerda que el tratamiento farmacológico, la terapia psicológica y todas las importantes recomendaciones que te hemos brindado en este artículo puede ayudarte a sanar emocional y mentalmente.
Puedes superar esos pensamientos de muerte y motivarte a reconectarte con la vida para que te sientas bien, más tranquilo y feliz. Vale la pena, no estás solo.
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