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En algún momento de nuestra vida, sea pasajera o permanente debemos enfrentar la enfermedad. Aunque no es fácil de aceptar y parezca parte de nuestra realidad, no fuimos diseñados para padecerla.
No es sencillo para ningún ser humano vivir en esa condición y aceptar que en algún momento de la vida tendrá que pasar por esa circunstancia. Pero ¿Cómo afrontar la enfermedad? Si es tu caso, a continuación te voy a compartir algunas recomendaciones para que puedas hacerlo adecuadamente.
1.Infórmate y Consulta
Quizás te preguntes ¿Enfermo yo? ¿Ahora qué hago? ahora que sabes que llegó la enfermedad y cuáles son los síntomas y dolencias, es importante no sólo conformarse con eso, es necesario leer y documentarse de la verdad médica y los tratamientos más recomendables. Esa información le puede dar un punto de partida real y positiva para sobrellevarla, luchar y superarla.
Otro aspecto es que consultes más de un especialista sobre el tema de salud que te afecta, y así poder tomar una mejor decisión sobre los tratamientos y atención médica que requieras, como dice la Biblia: «En la multitud de consejeros hay logros». Es mejor que no existan dudas y estar seguros, se trata de nuestra salud y nuestra vida.
2. Acéptala
No todas las enfermedades son graves, si estás padeciendo de alguna que si la es, al principio puedes pasar por una etapa de negación, inconformismo y frustración lo cual es normal, pero es importante aceptar la condición en la que te encuentras, para tomar las acciones pertinentes y así cuidarte más y poder seguir más minuciosamente las instrucciones médicas en pro de tu recuperación. Muchas veces la clave está en aceptar nuestras circunstancias y hacer lo posible con lo que tenemos y permitirle a tus familiares brindarte apoyo.
3. Concéntrate en lo que si puedes hacer
Al enfrentarte a una enfermedad quizás pienses que no puedes hacer nada porque la enfermedad te limita, por lo tanto sería muy bueno que en vez de concentrarte en lo que no puedes hacer, te concentres en lo que si puedes. Piénsalo, seguramente encontrarás cosas que puedes hacer aunque sean muy sencillas, pero valiosas para ti.
4. Mantén una actitud positiva y agradecida
Cuando estamos enfermos, normalmente nos concentramos en lo que no tenemos, lo que falta o hemos perdido. Nos sentimos frustrados, con dolor emocional y cargamos con las consecuencias de estar en esa condición. Al estar en cama, tal vez pensemos: «Si pudiera pararme de esta cama y hacer tal cosa…» «Por qué a mí…» Nos ponemos negativos y deprimidos, lo cual es normal porque no fuimos creados para estar enfermos.
No obstante, en estos casos, hay que hacer como dice el dicho popular «nadar contra la corriente» luchar contra los pensamientos negativos y la depresión ya que ambos aspectos por separados o en conjunto, conforman el combustible perfecto para debilitar el sistema inmunológico y agudizar el cuadro sintomatológico de la enfermedad.
Luchemos contra los pensamientos negativos, enviando mensajes positivos al cerebro de que estás recuperándote, Pues debe ser en paralelo, el paciente luchando con una actitud positiva, mandando mensajes a su cerebro de que se recuperará y por supuesto recibiendo atención medica eficaz y oportuna. Recordemos que los pensamientos tienen poder, y estos aplican tanto en sentido positivo como en sentido negativo.
Te recomiendo que empieces a sustituir los pensamientos negativos y de frustración, por las pequeñas cosas positivas que te ocurren. Por ejemplo: el poder estar vivo día a día, respirar, saborear algún alimento que te apetezca y no te haga daño, contar con el amor y apoyo de algún miembro de tu familia o amigo, recibir una llamada o mensaje de algún allegado que quiso saber sobre tu salud o simplemente poder contar con un tratamiento o atención médica oportuna, son aspectos que merecen nuestra atención y nos animan a ser positivos y agradecidos.
5. Mucha fe en Dios y oración
Será muy importante para el proceso de enfermedad. Cuando nos aferramos a Dios eso nos ayuda a tener paz mental, la fe sincera y personal ayudará mucho a tener esperanzas y a mantenerse más tranquilo.
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excelente articulo.
eso es muy cierto nos negamos a cualquier enfermedad y lo que hacemos es caer en depresion, hasta los que tenemos confianza en jehová, nos deprimimos ante cualquier adversidad, muy buenos concejos