Cómo tratarte CON AMOR Y TERNURA aunque no lo recibiste en la infancia

A los seres humanos siempre les ha importado el amor y el trato que recibimos de los demás. Es un tema universal, estamos pendientes de cómo nos tratan y cómo tratamos a los demás, pero ¿cómo te tratas a ti mismo? ¿Te das amor? ¿Te lo demuestras? A veces no detallamos cómo nos tratamos y qué tanto nos damos y demostramos amor y ternura.

Ahora te pregunto en esas conversaciones intrapersonales ¿Qué haces?  ¿Te reprochas? ¿Te insultas y descalificas  diciéndote cosas tóxicas?  Si ese es tu caso, muy probablemente se deba  a la forma como fuiste  tratado en tu infancia,  al ambiente social y familiar en el que creciste que te  marco negativamente. 

Algunas personas cuando eran pequeños,  estuvieron  rodeados por personas que no le dieron el tiempo de calidad, ni fueron objetos de muestras de cariño, abrazos, besos, cuidados y atención,  crecieron en un ambiente frío  y distante afectivamente, lo cual influyó en la concepción que tienen sobre sí mismos y en la forma en la que se tratan,  pensando, sintiendo y actuando desde su inconsciente que no era merecedor de  amor y ternura,  razón por la cual presenta una  gran dificultad  para dar y recibir afecto a sí mismo y a los demás.  

 Una persona con una estructura así, rehúye  cuando otros le quieren dar afecto o a veces hasta de sus propios hijos, padres, amigos, pareja cuando le piden un abrazo, probablemente por este patrón aprendido, atraen a su vida a personas  Alexitímicas  o  poco afectivas, agudizando esa creencia mental de  no ser merecedor de amor y ternura.

 Lo positivo de todo esto es que podemos cambiar y a pesar de no haber recibido amor y ternura en la infancia, podemos hacerlo desde ahora en nuestra vida adulta.  Nunca se es tarde para cambiar y ser felices.  Recordemos que la mente puede rehacerse.  Además,  dado que el segundo mandamiento divino “es amar a otros como te amas a ti mismo”, para poder recibir el afecto que necesitas, debes empezar por ti mismo, amándote, valorándote y respetándote. Así  podrás modificar esos modelos mentales negativos con herramientas de comunicación  intrapersonal,  autoestima, el poder de los pensamientos y las afirmaciones.

 A continuación te comparto un plan compuesto por nueve (9)  recomendaciones para que aprendas a cómo tratarte con amor y ternura aunque no lo recibiste en la infancia y empieces a tratarte  con el amor y  la ternura que tanto  mereces y necesitas,  además vivas con más tranquilidad y bienestar en el presente. Si las aplicas,  de seguro te  sentirás amado y respetado por ti y  podrás  disfrutar del gozo que se experimenta al dar y recibir.

 1. Conócete

 Conocerse se maneja similar a como lo haces con otra persona, puedes preguntarte qué quieres de la vida, cuáles son tus metas, mirar hacia dentro e indagar en ti, en cómo eres, qué quieres, qué te gusta, y verás que agradable es. Cuando te conoces tienes más posibilidad de darte amor y ternura, respeto y hasta consentirte.

 2. Dedícate tiempo

 Es cierto que por el día a día vivimos ocupados en tareas y responsabilidades, pero ¿cómo no dedicarle tiempo a la única persona que siempre está contigo? Es decir, “tú mismo” Consiéntete, dedícate tiempo  al menos unos minutos a estar contigo cada día, a  estar con tu niño interior y haz algo para ti y por ti. También saca tiempo en hacer  lo que te gusta por ejemplo: ver una película, leer un libro, hacerte un masaje o escuchar música. 

 3. Háblate con amor

Si algo te sale mal ¿cierto que te dices cosas duras? Pero, si algo te sale bien ¿te felicitas? Aprende a hablarte con cariño, a reconocer tus logros a repetirte tus virtudes y cualidades. Un ejercicio que sugiero es que mientras te bañas, te colocas crema del cuerpo, te peinas o te miras en el espejo te hables y repitas tus virtudes y atributos físicos que más te gusten.

 4. Sé detallista contigo mismo

¿Trabajas mucho? ¿Estudias mucho? Pues no necesitas tantas excusas para consentirte, por el sólo hecho de existir ya debes amarte, así que si tienes claro lo que te gusta y tienes las posibilidades, regálatelo. Puede ser un abrazo, una sonrisa dirigida a ti mismo,  una tarde de descanso, un paseo a la playa. Tú sabes mejor que yo qué te puedes regalar y te hará feliz.  

5. Duerme suficiente y evita los excesos

 Otra forma de amarte es no hacer cosas que puedan dañarte, como comer en exceso, no dormir suficiente o comer con asiduidad comida chatarra. Si reconoces que estás pasando el límite, debes parar. Si de verdad te amas  comienza  a demostrártelo.

 6. Ama y acepta tu cuerpo

 Aunque  no estés a gusto en cómo te veas, siempre podrás hacer algo para mejorar, debes trabajar para aceptarte tal y como eres y a partir de allí mejorar. No te compares con los estereotipos de belleza, todos tenemos nuestra propia belleza, somos únicos. Encuentra esas partes de ti que te gustan, y haz ejercicios, cuida tu piel, come sano y colabora al máximo para que proyectes ese amor por ti mismo.

 Si estás criticando tu cuerpo permanentemente, haz las paces contigo. Recuerda que muchas de las cosas negativas que pensabas sobre ti fueron generadas a  medida que crecías y no siempre eran ciertas o  buenas para ti. Nota lo positivo, comienza a expresarte a ti mismo lo agradable que vas descubriendo en ti  y cuida ese cuerpo que Dios te ha dado. Apreciarte es muy importante para empezar a darte  amor y ternura

 7. Bríndate  auto masajes de contención 

 El automasaje es una manera de darnos contacto amoroso y reconocimiento desde nuestras sensaciones corporales, toma tu  tiempo para hacerlo, sin prisa,  para percibir y sentir tus formas, sentir la textura de tu piel y luego ponte crema o aceite corporal.  Siente tus músculos, están  suaves o tensos, acaríciate, date toques más firmes de amasamiento  con ambas manos, desde la punta de tu cabeza hasta la punta de tus pies.  Respira, piensa  y/o repite expresiones como “esta soy yo, yo existo, yo soy, yo me amo, me quiero, me respeto”.  Siente el agrado de amarte.

 8. Deja de criticarte y perdónate

 No te juzgues mal todo el tiempo, entiende que eres imperfecta y haces lo que puedes, tienes limitaciones, pero también tienes mucho a tu favor y en eso es que debes enfocarte. Cuando lleguen los momentos de fuerte crítica siempre podrás reemplazar los pensamientos y dejar de exigirte tanto y ser más comprensiva contigo misma. Y si vienen los sentimientos de culpa, recuerda que debes perdonarte, hacemos lo que podemos con lo que tenemos, de acuerdo  a nuestro nivel de experiencia y madurez para ese momento.

9. Sé agradecido 

Reconoce que puedes experimentar la vida gracias a que Dios te la dio. Te invito a  agradecerle a él  todos los días por esa oportunidad de respirar, de tener tu cuerpo con las  funciones que te permiten vivir y disfrutar de esa pequeñas y grandes cosas de la vida como ver, oír ,oler, degustar  y sentir. 

Te recomiendo que  no te centres en lo que no tienes, no ha llegado o aún te falta.  Concéntrate en  lo que si tienes ahora, por  ejemplo: tu relación con Dios, tener tu cuerpo, tus piernas, manos, pies, el aire que respiras, el alimento que ingieres, o el cariño de algún familiar o un buen amigo que te aprecia y aunque te falte algún sentido o algún miembro de tu cuerpo igual mereces amarte y darte ternura y agradecer por existir.

Si eres de las personas que a pesar de este plan persiste en tratarse con aspereza, busca ayuda profesional de un terapeuta y si estás lejos no te preocupes, Internet acorta las distancias, hago sesiones OnLine, haz un clic  para contactarme.