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Es posible que te hayas dado cuenta que estás hablando solo y te dices: «Parezco loco, hablando solo», pero en realidad no estás hablando solo, hablas contigo mismo, o lo que es lo mismo, estás manteniendo una comunicación intrapersonal.
Solemos conversar constantemente con las personas que nos rodean, familiares, amigos, compañeros de trabajo y estudio, sin embargo con quien más conversamos es con nosotros mismos, tenemos diálogos internos, nos decimos muchas cosas durante toda nuestra vida. Lo que pensamos está estrechamente relacionado con nuestras emociones y estas llevan a las acciones.
Lo que hablamos internamente es muy importante, ya que gracias a eso, proyectamos la visión que tenemos de nosotros mismos, nos sentimos y actuamos adecuada o inadecuadamente.
Una famosa norma que nos enseñan desde pequeños es la del buen oyente que se trata de escuchar a quien nos habla, lo aplicamos cuando hablamos con otras personas, pero cuando hablas contigo no sueles hacerlo, dejas en automático toda esa conversación y no te escuchas.
Mayormente en esos diálogos internos nos decimos cosas negativas, nos criticamos, recordamos nuestros defectos, es decir nos destruimos nosotros mismos ¿para qué enemigos? Somos nuestros peores enemigos en esos casos.
Es importante que despiertes y te escuches, porque como mencioné los pensamientos son los que te construyen o destruyen, son tu vida, recordando que de ellos emanan nuestras emociones y acciones. Prestémosle atención constantemente y corrijámoslo. Hablarte negativamente lo único que hace es afectar tu autoestima y sabotear proyectos, metas y objetivos.
Un dialogo positivo contigo
Si cuando nos hablamos negativamente nos afecta también pasa lo contrario. Es de vital importancia cambiar tu forma de hablar contigo si es negativa, en vez de criticarte buscas tus puntos fuertes, automotívate.
Cuando nos decimos cosas positivas se refleja, proyectas seguridad y confianza porque se eleva tu autoestima y esto a su vez logra que tengas mejor relación con los demás y contigo, te ayuda a cumplir metas, eres confiable ante los demás y puedes prestar ayuda, entre otras cosas positivas.
¿Qué opinas de ti?
Es importante que te examines y tengas claro cuál es tu opinión sobre ti, si la mayoría de lo que piensas de ti es negativo, hay que trabajar mucho con los pensamientos.
Si piensas: “No puedo hacerlo, no logró hacer nada” ¿Crees que ese pensamiento te motivara positivamente? Por supuesto que no, entonces debes modificar ese pensamiento por algo más animador como por ejemplo: “Lo voy a intentar de nuevo”.
¿Puedo cambiar mi dialogo interno?
Claro que sí. Nuestro cerebro tiene la capacidad de cambiar y moldearse, estamos diseñados para eso, así que todo queda de nuestra parte. Si quieres resultados distintos, no debes seguir haciendo lo mismo. Por eso es importante escucharte y prestar atención a lo que te dices y si eso que te estas repitiendo es dañino, modifícalo por un lenguaje más positivo.
Si a pesar de tus esfuerzos en mejorar tu manera de cómo hablas contigo, no logras hacerlo asertivamente, busca ayuda profesional. La manera como pensamos afecta directamente nuestras emociones y acciones, contáctame si deseas asesoría psicológica online. Comparte este artículo a tus amigos, familiares y allegados para que hagamos una cadena de beneficios, si te gustó seguro le servirá a otro. Suscríbete al blog y así estarás más al tanto de los nuevos temas.
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